viernes, 16 de septiembre de 2011

Pain, pain, pain...more pain.

 Le encantaba sentir el dolor desde adentro.

 Ella recortaba sus piernas inhalando aire profundamente.

 Dolor... suplicaba por ello. Creía que así podría ser más fuerte, pero lo único que lograba era ser una cobarde. Nunca lo dejaría, pero, mierda, en qué estaba pensando.

 La vida ya era suficientemente complicada como para complicársela aún más. Porqué no tomaba pastillas en exceso, así acababa con su vida de una buena vez. No podía ser tan difícil. Sólo tenía que encontrar la cantidad necesaria para su cuerpo y en menos de un segundo, dejaría de sentir. Dejaría de ser todo lo que nunca fue.

 El placer recorrería su cuerpo entero y al final del día, la paz acogería su pálido cuerpo.

 Morir. Muerte. Deceso. Belleza. Amor. Paz. Todas esas palabras conformaban el conjunto perfecto.

 Si ella estaba mal, ya nadie lo sabría.

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